lunes, 20 de octubre de 2008

martes, 14 de octubre de 2008

Allí


Por entre montañas y colinas van los sentimientos.
Entre zarzas y malezas se descubre el horizonte.
Horizonte donde la carne no tiene sexo,
no tiene cielo, ni patria, ni ley.
Por allí cerdea mi bajel pirata descubierto.
Hasta donde la carne es sublime,
Donde resucita el viento del mar
Y al mar mueren fantasmas y sosiegos.

Y yo cantando a los páramos
Donde nada es secreto. Nada es concreto.
Allí donde se mezcla el rumor de las nubes
Con los gritos azules del cielo,
Donde se dibuja una sombra a colores de libertad e igualdad.

Allí me quedo.

Allí te espero

domingo, 6 de julio de 2008

Roma












Roma- viaje a media noche sin dormir - mufasa - gamberrismo de hermanos - sobaca mora - risotto porcini - foro romano cansado- circo máximo convertido en picadero de caballos- paseos arrastrando los pies- helado con sabor a cielo mmmm - compra de deportivas - Giovanni Ranna -Bruno - una casera demente - baño de madera (Ángel: me da cosa sentarme en el báter de madera, ¿y si me clavo una astilla?) - extremeños en una cola - perrete precioso - momias - piñaca - laocoonte - bacos varios - frescos chulísimos - capilla sixtina con un gamberro flipando - mareo en una escalera - cúpula de la basílica de san pedro del vaticano (lagrimita) - El mundo a mis pies- comida y siesta detrás de san Angelo - Paseo por el casco antiguo- Benitos y Borromeos (Bernini y borromini) - ¿que es eso? la columna trajana ¿de qeu estilo, dórica, jónico a corintia? no tiene que ver con nada de eso. Ah que es otro estilo...mola, pero no sujeta nada - Abarrotada Trevi - espera en la Escalera de la plaza de españa a que se cayera algun guiri - Valentinos de 6.000 euro- Giovanni Rana nos saja en la cena- Gamberrismo en los museos capitolinos con tontuna arrastrada - María la más bella - Perros flautos siesteando- perdidos en la otra orilla- ¡civilización! - cerveza nastro azzurro a mansalva - santa maría in trastere un tesoro desconocido - una calle - un balcón - un helado - una silla andaluza ¿?- To sexy to sexy- mis pies doloridoS - Giovani se olvida de mi cena :( - un trompo con un ferrari (guau)- Decepción nocturna- Scooter de rueda alta - carlo se porta- Graze mile- pitorreo en el aeropuerto- turburencias llegando a madrid- Arrivererchi


Pd: ¿Donde vas tunante? ( a las palomas)
Pd2: las fotos son una pequeña muestra de las más de trescientas que hicimos durante el viaje. Creo que son las menos turísticas y las más curiosas, espero que disfruten con ellas

martes, 24 de junio de 2008

En un rincón


María llevaba varios días con el estado de ánimos por los suelos. En uno de estos días decidió entrar la troje. Allí, entre una máquina de coser a pedales y un armario lleno de abrigos viejos vio algo extraño.

Esta cosa que María veía era pequeña pequeña, irreconocible, casi imperceptible.

Desde entonces María subía cada día, a ver si descubría que era aquella cosa.

Pasados el par de días María iba a la troje con ánimos de saber de que se trataba.

A la semana aquello engordó y era algo más grande.

Pasadas dos semanas ya se veía bien, aunque María seguía sin saber de que se trataba. Pero ella dedicaba su tiempo a observar aquello, le hablaba durante horas, convirtiéndose en su confidente, ahí en ese rinconcito.

Al mes de encontrarlo se dio cuenta de que aquello era la esperanza, la había encontrado, y no solo eso, sino que la hizo crecer, hasta conseguir una hermosa sonrisa en su rostro.

Y es que lo que dicen es verdad, es lo último que se pierde. A veces simplemente no la queremos reconocer, pero ahí está, esperando a ser valorada.

sábado, 21 de junio de 2008

Un pez que no tenía nombre.

Había una vez un pez que se le olvidó nadar.

Se dejó llevar por la corriente, río abajo.

Un día llegó al mar, y todo era desconocido.

Se desorientó y no supo cómo respirar.

Poco a poco dejó de luchar por vivir.

Murió sin que nadie lo echara de menos, no supo disfrutar de su vida, ni siquiera supo sobrevivir.

jueves, 12 de junio de 2008

Definirse es dificil


Dicen de mí que cabeza loca soy.¿Dicen la verdad? Apenas acierto a contestar, pues apenas me conozco. Mi madre me suele decir:" puedes gustar o no, pero desapercibida no pasas, siempre llamas la atención". Creo que mi madre está en lo cierto. Gustaré o no, pero siempre se me recordará por extravagante, hippie, provocadora... o simplemente por mi risa. Mi risa, es una piedra de toque en mí, tanto en persona como en personalidad y quien no la ha escuchado no sabe de lo que hablo.
Amante de la vida, fugitiva de las fobias, soñadora de día, despierta en el dormitorio, luchadora de los sueños perdidos, Peter Pan en un mundo de Adultos, jinete de la urbe, cosmopolita en mi pueblo. Incomprendida por algunos, admirada por otros. Amada por unos cuantos y queriendo ser leída por todos.







La foto es la que más me gusta de las que tengo, aunque quede to folklórica.

lunes, 9 de junio de 2008

Palabras por decir


Mamá se empeñaba en que no olvidara la bufanda en el perchero. Cada mañana le repetía lo mismo: "Jorge coge la bufanda, que te vas a enfriar" No era lo que decía, sino lo que callaba. En esa frase también se decía "cuidate, no riñas con los niños, portate bien, no hables mal al profesor, no te preocupes que te espero en casa". Para Jorge todas esas palabras sin pronunciar eran más importantes que las dichas. Por eso él no decía nada, se limitaba a liarse torpemente la bufanda. Pero en este juego de brazos alrededor de la cabeza se decía: "Mamá me portaré bien, intentaré no causar más problemas, seré educado, y espero verte a la vuelta".

Se trataba de un diálogo donde las palabras se limitaban a gestos y miradas donde todo tenía lugar, incluso esas cosas para las que el diccionario no ha otorgado unas letras y un sonido.

Jorge volvió cada mediodía, donde Mamá le esperaba con la mesa puesta.

Siempre fue así, y cuando llegaba la primavera Mamá compró una gorra roja, y cada mañana le decía: "Jorge coge la gorra, que con este sol te dolerá la cabeza", pero las palabras que no salían de su boca eran las mismas. Y él, docilmente se colocaba la gorra, con las mismas palabras de siempre, esas que se guardaba.

Cuando llegaron las vacaciones Jorge no tenía porque marcharse cada mañana. Tras una semana de desayunos silenciosos el niño habló: "Mamá, ¿porque callamos más de lo que decimos?". Mamá se quedó un momento pensando y respondió:" Porque cuando hay complicidad con una mirada o un gesto basta, las palabras estorban". Jorge miró a Mamá a los ojos, y sin abrir la boca dijo: "Gracias por quererme"

miércoles, 4 de junio de 2008

Sentimientos

Sentir que la vida se me escapa entre suspiros. Que un soplo de aire lleva más vida que yo. Que la sonrisa de un niño guarda mil secretos que él no conoce aún.
Sentir que nada merece la pena. Que las lágrimas no son más que agua, y que van al mar para morir. Que el eco de una risa suena burlesco.
Sentir, poco a poco, que el amor es un montaje social. Que solo existe en la sonrisa de los duendes. Que es un tren sin estación.
Sentir que las oportunidades las cogen otros. Sentir la vergüenza ajena por el seguimiento a un ídolo social. Que las cosas que importan son detalles imperceptibles.


Sentir que yo soy la vida, que los suspiros me mueven con el viento, que los secretos de ese niño estan guardados en mi alma.
Sentir que nada no existe, y que la pena es parte de esa nada. Que las lágrimas me transportan al mar cada vez que lloro, y que esa risa es mi risa, me rio de la sociedad.
Sentir que el amor es un montaje del cual yo tengo las claves, que esa sonrisa de duende está dedicada a mí, y quien conduce el tren soy yo.
Sentir que las oportunidades se las ofrezco a otros. Que la vergüenza la dejé en el vientre de mi madre. Y que los detalles son perceptibles a mis ojos.


¿Cómo puede ser que en un momento me sienta nada, y a los dos minutos todo?

lunes, 26 de mayo de 2008

PASEO TRASNOCHADO


Era de noche y caminaba sin prestar atención a los detalles que la ciudad dormida le ofrecía. Caminaba con fuerza y rapidez, sintiendo cómo los pasos le acompañaban en ese paseo trasnochado. En su estado de tristeza cualquier cosa pasa por alto, pero no todo es cualquier cosa.
Se fijó en ella porque la farola iluminaba sus piernas desnudas. Se trataba de una chica joven, no más de veinte años, que lloraba silenciosamente sentada en la acera. Al mirar su cara pudo ver el rostro más triste que pudiera imaginar. No se trataba de las lágrimas, ni las ojeras bajo sus ojos, ni sus labios despellejados. Parecía que su rostro desaparecía, y poder definir su belleza resultaba imposible.
Sin pensar se agachó hasta estar a su altura, pasó su brazo izquierdo debajo del brazo de ella, y luego el derecho por debajo de sus rodillas. Con un impulso la elevó, y sorprendiéndose por su poco peso continuó su paseo trasnochado con la chica en brazos.
Ella ni siquiera le trasmitía calor.
Cuando comenzó a amanecer la llevó hasta su casa, sin mediar palabra, sin mostrar desconfianza, sin poner resistencia.
La metió en la cama, la desnudó, y luego se quitó la ropa él. Finalmente la abrazó para quedarse dormido.
Al despertar ella no estaba, pero lo más curioso es que no parecía que nadie hubiera estado en esa casa. El lado de la cama en el que ella había dormido estaba intacto. Deambuló por la casa en busca de algo nuevo. Y lo encontró en el salón. Una nota:


"Tu solo me has metido en tu vida, pero al abrazarme me di cuenta de que debía darte otra oportunidad, aún conservas la esperanza aunque no lo sepas. No seas tonto y sonríe, que la próxima vez no me iré por voluntad propia, y tú no podrás echarme. No lo olvides.
Soledad."

miércoles, 21 de mayo de 2008

A LA SOMBRA DE MI SOMBRA


A la sombra de mi sombra
me estoy haciendo un sombrero;
sombrero de largas pajas
que he recogido del suelo.
Lo haré con el ala ancha,
que casi llegue hasta el cielo
pa´ muchas veces no ver
las cosas que ver no quiero.

No quiero ver injusticias ni miserias;
no quiero ver militares ni princesas;
no quiero ver dictaduras ni pobrezas;
no quier ver religiones ricas, ni reinas.
Que sólo quiero yo ver a los pobres sin miseria;
a los ricos sin dinero desnudos en esta tierra;
a infinitos corazones unidos por el amor
y unidos contra la guerra.

A la sombra de mi sombra
me estoy haciendo un sombrero
pero voy a dejar de hacerlo
para luchar con dos güevos.



Artista: Extrechinato y tú
Album: Poesía Básica
Canción: A la sombra de mi sombra





No sé, esta canción me encanta, y por la vuelta de Extremoduro, que muchos ansiábamos,he decidido poner esta, que aunque es de Chinato, buff, me encanta. La proxima entrada prometo poner algo mío, no lo tengais en cuenta, que sigo escribiendo.

lunes, 19 de mayo de 2008

lobezna

En ocasiones me siento una lobezna, criaturita que aprende a ser fuerte y feroz en la defensa de sus sueños.
Cuando me siento lobezna soy más mujer. me siento capaz de amamantar un Imperio.
Cuando me siento lobezna soy más natural y mis límites se alejan en el horizonte.
Cuando me siento lobezna soy capaz.
Cuando me siento lobezna soy orgullosa, y me siento orgullosa por ello.
Cuando me siento lobezna soy luchadora, veo la injusticia y no duermo pensando en ello.
Cuando me siento lobezna soy jugadora de mi vida, aunque no sepa cual será la próxima ficha a mover.
Cuando me siento lobezna soy la única que toma las decisiones, Mis Decisiones.
Cuando me siento lobezna soy creyente en el destino y en la luna.
Cuando me siento lobezna piso con fuerza, me estiro y saco pecho.
Cuando me siento lobezna camino con seguridad, mis zarpas me protegen de las piedras del camino.
Cuando me siento lobezna miro a mi alrededor y veo que estoy a tu sombra, aunque te pueda eclipsar.
Cuando me siento lobezna me siento linda, mi pelaje brilla.
Cuando me siento lobezna los miedos se espantan.
Cuando me siento lobezna mi hambre de justicia es insaciable.
Cuando me siento lobezna mi sed de amor está saciada.
Cuando me siento lobezna mi vista alcanza nuevas metas.
Cuando me siento lobezna mi olfato huele triunfo.
Cuando me siento lobezna mis colmillos son parte de mi armamento.
Cuando me siento lobezna quiero ser loba para siempre.
Lástima que sólo se queda en eso, sólo es un sentimiento, la realidad dicta mucho de lo que siento, aunque hay lobos que camina de mi mano.

lunes, 12 de mayo de 2008

sonidos de la noche


Es tarde, ya la hora poco importa, el reloj de la humanidad poco importa, la tierra se muere y yo estoy aquí, frente a mi ordenador intentando imaginar un mundo mejor.
En la calle se escucha a dos personas andando y susurrando, lo más seguro que sea una pareja. Los tacones seran, supongo yo, de una dama, y los otros pasos, más opacos, de un hombre, pero solo es un suponer, podría ser un travesti con su amiga de calzado más cómodo.
Un contenedor rodar, alguien lo moverá, sino fuera así, me preocuparía.
La vecina de arriba, loca donde las haya, vuelve a cambiar el mobiliario de su salón, interrumpiendo el sueño del edificio.
Un coche de policia que se para en la calle, y luego otro, de nuevo esta noche hay movimiento. Del bar salen varios hombres arrestados, y de golpe el estropicio de un grupo numeroso de gente que intenta huir a sus casas, intentando limpiar su conciencia por la suciedad de sus narices.
La puerta de abajo se abre, será uno de los filipinos del tercero, lo sé por sus pasos irregulares, y porque todas las noches sigue el mismo ritual de alcoholismo trasnochado mientras que el más pequeño llora al escuchar la puerta. Seguirá llorando hasta que la madre lo calme.
De nuevo silencio, y desde mi posición escucho los ronquidos de mi hermano, que duerme placidamente, descansando para afrontar otro día de trabajo y de urticarias causadas por la alergia a su jefe.
El camión de la basura, fantasma que arrastra sus cadenas despertando a los sonñolientos. Su aroma sube por la ventana, resulta tan desagradable.
Por último el sonido de mi teclado y mi respiración pausada.
Todo el mundo hace su vida mientras acabamos con a vida del mundo. Parece mentira que seamos los animales más inteligentes y también los que causemos la muerte de la Tierra, eso demuestra que no somos tan inteligentes. No somos burros, ni cerdos, ni zorras, ni gansos, ni orangutanes, ni monos ni monas,ni vacas, ni pájaros,ni cabrones, ni cabras, ni perras, ni buitres, ni tigresas, ni gallinas, nos desdeñamos los unos a los otros con insultos donde mencionamos a otros animales. Ellos no dañan la naturaleza, ellos no dañan a nadie, ¿porque nosotros dañamos hasta lo que más queremos?
Mientras cada uno sigue a lo suyo, sólo nos interesa tener nuestra vida algo mejor de lo que ya la tenemos, cueste lo que cueste, caiga quien caiga.

miércoles, 7 de mayo de 2008

Ya está, ya lo tengo, en mis manos, mi sueño en mis manos, ya no es un sueño, aunque no ha terminado aún, porque espero no parar. Mi sueño hecho realidad, por fín.
Mi sueño es un libro, editado por mí, hecho por mí. Aunque la producción es un tanto rústica no está del todo mal. Pastas duras y azules, portada dorada y treinta y cinco páginas llenas de mis letras y palabras, bueno a excepción de la fábula que Gelu me ha prestado, que no sé cómo agradecer.
Es una serie de cuentos con un mensaje en cada uno, valores prácticos para todos, no solo para una niña. Ah! Que no lo cuento, este libro está hecho para Águeda, por eso se llama: Cuentos para Águeda. Ella es mi prima, una niña de casi diez años que este sábado hace la comunión. Este es mi regalo para ella, que aunque no soy partidaría de su religión, lo respeto y celebro con ella, pues es eso lo que ella quiere.
Espero que a ella le guste, igual que todo aquel que lea alguno de los relatos.
Solo decir que soy feliz, orgullosa de mí misma.

martes, 29 de abril de 2008

Basileía I


Mírala, parece tan feliz. Ahí está ella, dulce niña perdida en la veintena. Sigue escribiendo y creyendo su cuento. Podría tener su propio castillo pero prefiere tener al príncipe primero.
No hay príncipe, ¿lo hubo alguna vez? Quizás. No. Solo fue un espejismo. Fue el reflejo de sus deseos con alma de cabrón. No merece más mención.
Ella es transparente. No puede ocultar lo que siente. Para alegría de todos el una persona excepcionalmente optimista. Llorar significa fracasar. Y ella no fracasa, simplemente se mantiene al margen, viendo la vida pasar. Viendo cuan sala de cine se tratara como los que la rodean viven, aman, odian, triunfan y caen. Ella no se arriesga, ¿para qué? Como mucho conseguirá disgustarse al ver que no es todo como ella lo pintó con diez años.
Basileía vive en un palacio de cristal. No sale y no entra. Todo en orden. Todo brilla. Todo limpio. Es este su palco de honor desde el que se sienta a mirar el desfile vital. Tiene amigos, muchos. Es una niña demasiado adorable, mítica incluso. Parece que ha bajado del Olimpo para ser testigo de honor de los mortales. Aún mantiene su rostro virginal, limpio, inmaculado. Demasiado perfecto para ser humano. Es como si Fidias la esculpiera cada mañana.
Sus ojos azulísimos son veneno para quien los mire, vicio que no quieres dejar, pócima de druida. El solo hecho que ella te observe es un hecho que recordarás cada día de tu vida. Le gusta que la gente vaya a su casa. Le gusta que la halaguen por su hospitalidad, su casa, su comida, su personalidad, por casi todo, menos por sus ojos. Sabe de su poder y no le gusta mucho. En el pasado le causaron demasiados problemas. Son sus carceleros, su árbol de la ciencia que da vida y muerte.
Aún así ella es feliz. Disfruta con muy poco, se conforma con cualquier cosa, prácticamente con todo. Para ella una visita tuya es un regalo a considerar. Piensa que todos siente el mismo apego a su casa como ella a la suya, y como nunca sale, qué sus amigos vayan a verla es un detalle demasiado bueno como para dejarlo pasar.
Nadie le cuenta la verdad, nadie puede decirle la verdad. Cuando la conoces en su palacio te convences de lo que dice, ella es emperatriz de su reino, y tú, súbdito que la obedeces sin duda alguna. Suele estar en una habitación inundada por la luz. Es muy acogedora. En invierno el calor de los rayos de sol conserva la temperatura hogareña, mientras que en verano la brisa pasa permitiendo una estancia más que apetecible. En esta habitación, grande como un campo de tenis, hay innumerables sitios y maneras de pasar el rato. Y ella siempre mira hacía fuera, intentando sin resultado alguno perder la mirada en el jardín. No. No puede ser.
Cuando vas a verla es porque alguien que tú conoces le ha hablado de ti y ella se interesa. Se interesa por mucha gente. En ocasiones su habitación está llena. Ella se pasea entre los diversos grupos como gran anfitriona que es. Aunque no suele mirar a sus invitados, no los mira, al menos, no directamente. Lo hace cuando está con otros invitados. Como es desasido detallista, se fija en detalles mínimos que distinguen a la persona del resto y cuando va a saludarla se lo comenta, provocando así un efecto increíble. De nuevo parece que del Olimpo se ha caído.
Sus vestidos son luz del mediodía. Cálidos. Rara vez de oscuro. El marrón es el tono maldito y el blanco el más habitual. Siempre vestido. No lleva falda, pantalón o camisas. No. Vestidos de todos los cortes y modelos. No repite. Para qué repetir si su armario no tiene fin. Todo aquel que la conoce cada vez que ve un vestido bonito en cualquier sitio se acuerda de ella, y si es posible lo compra y se lo regala. Ella lo agradece infinitamente.
Su caja fuerte tampoco los ojos alcanzan el color de la pared frontal, es posible que no exista. Tiene dinero que no sabe de donde le viene. Ella no le da importancia. Es algo mundano, que ahí está, que le ayuda a vivir, pero, ¿es realmente necesario? Ella escucha continuamente a algunos de los que la visitan que de tener más dinero su vida sería mucho mejor. Basileía sabe que tiene más del que necesita y no siente que su risa sea más placentera de aquellos que más dinero desean.
Y su risa, ¡oh!, maldición para los oídos que alguna vez la lograron escuchar. Basileía, ser etéreo, misticismo de auténtica ninfa, su carcajada parece la melodía de una arpa. Rara vez se ríe, se tiene que sentir realmente cómoda para desinhibirse. Sonreír sí, ella sonríe de forma continúa, y a veces suelta una risilla simpática en el momento adecuado, pero reírse con ganas eso el un hecho aislado.
Basileía, tan bella como vacía, tan acompañada y tan sola a la misma vez.

miércoles, 23 de abril de 2008

Para mi duende.


Esta imagen y este relato es para tí, Kuki, o Cookie, como prefieras.

Al ver tu actualización de hoy los recuerdos me vinieron a visitar, como hacen tan a menudo, por que a los buenos amigos no se les deja de recordar. Me acordé del bocadillo de chopped o salami o mortadela, lo que quieras dentro, porque yo me quedo con el pan, tu ya sabes que de nuestro bocadillo me quedo con el pan, y si he de elegir me quedo con el de abajo, el primero.

Porque aunque nuestra amistad se ya lleve cinco años, el primero fue el mejor. Vernos todos los días, sentarnos juntos, aquella excursión a Mérida escuchando a Mago de Oz en el camino, largas explicaciones sobre cómo jugar a los Warhamers (que sepas que cada vez que paso por la tienda de esos bichillos sonrío para mí), mil cosas.

Nunca te agradecí que fueras tan comprensivo conmigo cuando no sabía cual era mi acera, fuiste el mismo en todo momento, y eso es algo que a veces, ni los mejores amigos pueden hacer.

Los momentos Charo los dejaremos para otro día, ¿pero te acuerdas de Gibrán?, joo, ese si que era un autentico gilipollas de pies a cabeza, arrrrggg.

Muy a menudo me acuerdo de ese examen final con Encarna, la de lengua, que tu habías escrito en un folio con pilot rojo (que aún conservo al igual que el boli con material de balón de baloncesto) todas las chuletas, y cómo con tu enorme pie me la pasabas para adelante para que las leyera, y así copiar yo también, ¿no lo recuerdas? Que el examen duró dos dias, y el segundo apareció la bruja mala del este, también llamada Charo y nos separó...maldita pécora amargada...

Y esos calzoncillos!!! Jeje, que me dio más verguenza dártelos que comprarlos en Tipo, donde el hombre me miraba con cara rara. Jeje, pero si hay algo que no olvidaré fue el abrazo con el que me agradeciste, fue tan Kuki. Era el último día, y la policia fue a la puerta de la Giraldilla, y a Luis a Álvaro y a mí nos pidieron los datos, de mí se olvidaron pero Álvaro las tuvo. Me puse super nerviosa, y al rato volvimos para la Laboral, testigo de tantos momentos, y recuerdo con total claridad nuestra despedida, pocas me dolieron tanto como aquella, de alguna manera sabía que nada sería igual después de aquello. Y tus últimas palabras fueron: Un beso, adios, cuidaté. Cómo ese Requiém, la única canción que escucho por voluntad propia de Mago de Oz en mis momentos de nostalgia.

Cierto, nada volvió a ser igual, pero tampoco estuvo mal, lo hemos sabido hacer bien.

Ahora lo recuerdo, te lo digo, para que quede constancia, el otro día, releyendo viejas agendas, una de mis medicinas para no caer, había cierta deuda pendiente, te debo un helado, olvidé la apuesta, el motivo, pero la próxima vez que te vea lo cumplo, que aún no lo hice.

Si soy sincera quiero verte pronto, de verdad, para que me des un abrazo de esos tuyos, que son geniales, ahí muestras toda esa ternura escondida en esa fachada de chico duro. Además hueles bien, es algo que no olvido tampoco, pero no ese olor de cierta colonia, si no el tuyo, recordarlo me hace sentir el peso de las dos trenzas a cada lado de la cabeza, unas piernas de colores y un poncho de lana. Esos tiempos que no volveran.

Si hay un momento que te tengo que echar en cara por no estar allí fue en el viaje a Italia, de haber venido te lo hubieras pasado genial, y habría podido compartir contigo mis momentos de arte, y también la diversión de por las noches. Pero bueno, eso es pedir demasiado. Aunque la Paranoia estuvo genial, y por la noche mucho mejor.

Creo que voy a ir parando, tantos recuerdos me ponen tristona, y escribir llorando es algo que me sigue costando un poco. Por último te recordaré aquel momento en el que leiste algo mío, de aquellas pseudopoesias que solía escribir, en la que hablaba del alma, y tú me preguntabas cómo podía escribir sobre algo así, algo que resulta tan abstracto. Creo que no volví a escribir sobre el alma, pero sé que en ella hay un hueco dedicado a tí, por todos esos momentos.

Sólo decirte que la galleta le falta un mordisco, se lo dí yo, espero que no te importe, un beso grande para mi galleta favorita.

No lo firma Basileía, ni Irie Olvia, lo hace Martyta.


viernes, 18 de abril de 2008

BASILEÍLEIA EN DECLIVE


Basileía estaba triste cómo una muñeca de porcelana olvidada en lo alto de una habitación de la que un día fue una niña. No sabía cómo disfrutar del momento, frente al espejo se sentía estúpida creando una mueca en lugar de una sonrisa. Lo intentaba, alargaba sus labios, levantaba las comisuras y enseñaba los dientes, pero aquello era burlesco, un máscara de la muerte de Ensor, y es que es en lo que se ha convertido, un carnaval decadente, una parodia de lo que un día fue, ella misma en ambos papeles, sintiendo a cada pedazo de su alma, cómo todo se desquebrajaba.
Su alma, la que un día fue un palacio de hielo, un precioso palacio de arte manuelino tallado al detalle. Era fría porque ella se cansó del calor que desprendía, de que ese calor le hiciera epicúrea e incluso vulgar. Empezó a ser fría para guardarse de esa vida hedonista, y consiguió, durante unos instantes, mandar sobre su alma, ser jinete de sus sentimientos, y así poder congelarse. Así consiguió su inmunidad frente a lo que venía.
Presumió y posó delante de todos, fue estrella de alfombra roja, la reina del baile. Tuvo su fama, que no fue más que espuma en el mar de la vida. Saboreó el éxito, y por ser alérgica a la miel, se le escaldaron los labios, y ahí comenzó el declive.
A la princesita se le estallaron los zapatitos de cristal, porque en realidad tiene los pies de hermanastra. Y es que eso le pasa por querer representar un papel que ella no había escrito.
Basileia, caída en su propia tela de araña, infeliz por dibujar un destino que no le corresponde por su naturaleza de niña buena, y no de femme fatale, cómo ella hubiera preferido, no por otro motivo, que huir de su propia personalidad atormentada por una risa malévola en la fachada en una obra de arte.

jueves, 17 de abril de 2008

lluvia

Silvia estaba sentada al brasero, arropada hasta los hombros con los brazos metidos por dentro, para que el frío no entrase en su cuerpo. Aunque el día no era especialmente frío, sino de esos primaverales de principios de abril cuando la lluvia amenaza con salir pero no lo consigue hasta a media tarde, entonces, durante diez minutos lo hace con mucha fuerza, y luego es una suave llovizna.
Ahora es uno de esos momentos de lluvia copiosa, Silvia se empotra más en el sofá, y de reojo mira la ventana, por donde las gotas juegan a ser un laberinto que se separa y se une al antojo del azar. Y a su vez Silvia da comienzo a su lluvia propia, que es personal e intransferible, como la ropa interior. Sus lágrimas no juegan al laberinto, simplemente caen en vertical hasta la barbilla. Silvia no se seca las lágrimas, disfruta con el recorrido de ellas por su cara.
Su lluvia interior se parece más al laberinto de la ventana, un goteo intermitente de sentimientos hace aparición por su alma. La desesperación se apodera de ella y su llanto continua a pesar de que la lluvia ya no es tan intensa. Siente la soledad en cada gota que se escapa por su alma, siente cómo su voz se ha perdido entre los gritos ahogados de sus ojos. Puede morder la soledad hasta hacerla añicos, y entonces para, y saca un brazo para alcanzar una servilleta de papel que le servirá de pañuelo. Tras limpiarse las lágrimas siente cómo la soledad, cómo ave fénix, ha resurgido de sus añicos y se apodera de nuevo de su desolación. Y su cara vuelve a humedecerse.
Pronto siente que sus problemas son un puñado de idioteces, que la soledad se acaba con una llamada de teléfono, con llamar a su regazo a su perrina. Entonces, sin hacer nada, comienza a sentirse mejor, mira por la ventana y ve el arco iris sobre el parque vacío, y sonríe. La felicidad ha matado a picotazos al ave Soledad.

martes, 15 de abril de 2008

NUNCA JAMÁS

Todos tenemos una imagen sobre ese país, donde Peter Pan y sus amigos

Disfrutan y sobreviven anclados en la infancia mientras un no tan malo capitán

Garfio intenta complicarles la existencia. Pero sé, estoy segura que todos hemos

Ansiado el momento en el que dejar de crecer complacería nuestras ganas de

Disfrutar la vida desde abajo, donde la ignorancia se esconde tras la inocencia

Desempeñando el papel de la inexperiencia.

He sabido reconocer que no quiero crecer, y que con mi mente busco ese

País; mirando al cielo, pierdo la mirada sin haber encontrado esa segunda estrella

Para poder girar. Pienso esto al se consciente de lo que me espera, y no quiero ser

Mayor de edad, ni tener coche, pareja o trabajo, si no que deseo volver a oler las

Caligrafías “RUBIO” las primeras semanas de septiembre, a quitarme las zapatillas

Llenas de tierra o llorar por que me he raspado las rodillas. Añoro gastarme “veinte

Duros” en gominolas y sentarme frente la carretera para elegir los coches que

Pasan, aguantar las riñas de una madre irritada al ver que me he mojado hasta las

Rodillas o discutir por qué ve en la”tele” con mis hermanos.

Daría oro por comer todos los días con mi familia, sentarme a ver los dibujos

Sin importarme que tengo que estudiar o zambullirme en las aventuras de algún

Libro de “los cinco” sin pensar qué ponerme para salir, porque aunque los vestidos

De enormes flores o cuadros con inmensos baberos y lazos sean un crimen ante

La moda, entonces los lucía sin pensar que eran feos sino que ese día era domingo

O festivo, por lo tanto tendría paga y no podría saltar en los charcos porque llevaba

Calcetines de punto.

Realmente es en la infancia cuando todo es mejor, desde donde todo es

Más grande por que nosotros somos más pequeños. La niñez es el surco en el que

Zanjaremos la base de nuestra vida y amistades, estas últimas, aunque en

recuerdos, hacen de cada uno cada matiz que nos convierte en únicos e

insustituibles en ocasiones o situaciones.

Ser niño es ser persona; valorar la infancia , ser nostálgico; creer en “Nunca

Jamás”, un privilegio.

sábado, 12 de abril de 2008

Un rincón para Basileia

Basileia es esa princesa Bizantina que hace las veces de musa y de protagonista de todo lo que de mis manos fluye, lindas palabras con amor para ella. A ella le dedico este blog, para que siga ahí mucho tiempo más.