Había una vez un pez que se le olvidó nadar.
Se dejó llevar por la corriente, río abajo.
Un día llegó al mar, y todo era desconocido.
Se desorientó y no supo cómo respirar.
Poco a poco dejó de luchar por vivir.
Murió sin que nadie lo echara de menos, no supo disfrutar de su vida, ni siquiera supo sobrevivir.
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